Este escrito lo encontré curiosamente mientras hurgaba en mis archivos olvidados que tengo en mi Pc. Lo escribí cuando tenía 12 años.
Honestamente, mientras lo releía me produjo una nostalgia enorme, anhelando ese tipo de sucesos. Me gustaría compartir con ustedes una hermosa experiencia que lo tuve gracias a mi gran imaginación.
"En una ráfaga de segundo una imagen sublime e increíble se presentó;
una bella laguna cristalina, reflejaba las distintas tonalidades verdosas de
los árboles que rodeaban el lugar, frente al árbol más grande del lugar se
encontraba un hermoso ser. Poseía la tez con una tonalidad muy peculiar, era
una tez verdosa, con ojos verdes oscuros que revelaban una profunda sabiduría; su mirada inocente y encantadora hizo que me extasiara al mirarla o más bien
dicho; al sentir la belleza de su interior. Sus cabellos eran rizados como el
mío, de un color castaño oscuro. En el lado izquierdo tenía una flor blanca
colgada, y vestía un vestido blanco, estaba arrodillada en la orilla de la
laguna, sus delicadas y finas manos sujetaban una hermosa flor, una rosa blanca
que nunca había visto. Lo puso en el agua y la corriente la trajo hasta mí.
No tenía miedo, pero actuaba con timidez, quizá por ser tan
desconocido el lugar para mí. Sin saber bien que hacer, decidí agarrar la rosa,
cuando la agarré el ser, a quien yo consideraba un hada me sonrió dulcemente.
Miré detenidamente la rosa, hasta que esta empezó a flotar,
me sorprendí, me quedé mirando atónitamente, me extasiaba, la rosa se quedó
largo tiempo flotando, luego volví a agarrar y suavemente presioné contra mi
pecho…
En ese momento la rosa entró dentro de mí y recuerdos
pasaban en mi mente, recuerdos en donde una luz entraba dentro de mi ser,
entonces me cuestioné ¿Porqué todo lo que recibo siempre termina entrando
dentro de mí? Me carcomía esa duda, sin embargo bien sabía mi espíritu el
porqué.
En ese momento, conscientemente empecé a tener pequeños
temblores en mis extremidades, y sentía algo caliente dentro de mí, ese
sentimiento hizo que quiera llorar.
El Hada se paró con mucha gracia, al pararse pude ver que
tenía unas hermosas piernas y aprecié un par de alas no muy grandes que se
encontraban escondidas mientras estaba arrodillada. Alzó un brazo y con su
delicada mano me llamó.
Desconcertada sin saber cómo cruzar la laguna, pensé un
momento, no quería mojarme, pero no me quedaba de otra. Así que metí un pie,
luego otro y asombrosamente me encontraba caminando sobre el agua.
Al llegar, el hada seguía levantando los brazos con la palma
de la mano abierta, luego de mirar mucho, decidí hacer lo mismo, al hacer
automáticamente el hada unió su izquierda con mi mano derecha, al unir nuestras
manos, una luz emanó; levantó la otra, yo hice lo mismo, y la luz fue creciendo.
Acercó su cabeza con la mía, unimos nuestras cabezas, cerró sus ojos, esperé un
momento e hice lo mismo y en ese momento me sentía poderosa, sentía un poder
que emanaba de mi interior, además me sentía pura, luminosa, sentía amor, paz y
confianza.
Luego de unos minutos el hada apartó su cabeza, al hacer eso
abrí los ojos, ella me observaba con una tierna sonrisa en los labios.
Apartó sus manos y miró al horizonte, agarró mi mano y
empezó a llevarme al agua.
Hundió todo su cuerpo dentro del agua, mientras seguía
sujetando mi mano fuertemente. El agua era tan cristalina que se podía ver todo
y la profundidad que poseía era increíble, si no estuviera con ella, pienso que
me habría ahogado, ya que ella me guiaba, todo lo que hacía, yo también debía
de hacerlo…
Me enseñó el lugar, debajo del agua había algo así como una
ciudad, una hermosa ciudad hecha de corales, todo era colorinche y muy hermoso,
había diferentes tipos de peces, estrellas de mar, caballitos de mar, delfines
y hasta caracoles.
Salimos a la superficie con dos delfines al lado nuestro,
ella subió al que estaba a su lado y esperó observándome, hasta que entendí que
también debía subir, estaba nerviosa ¿Y si el delfín me mordía o me atacaba?
Luego de pensar unos minutos subí torpemente. Luego de eso, ella se sujetó
fuertemente del delfín y este empezó a nadar rápidamente bajo el agua, dando
saltos, volteretas, sumergiéndose y saliendo nuevamente a la superficie.
Observé unos momentos, se veía divertido “Lo intentaré” Pensé, me agarré
fuertemente del delfín y este hizo lo mismo que su compañero….
Abrí los ojos, la oscuridad reinó en la habitación por tan
solo medio segundo, y luego, espontáneamente algo rojo me vino a los ojos, me
asusté así que los cerré con fuerza, y al cerrar me encontraba en el mismo
lugar en el que estaba anteriormente, y ahí estaba, un ave que se estaba
incendiando, volaba por el lugar, hasta que entró directamente al agua… “El
Fénix” Me dijo la vocecilla de mi interior, el susto que me llevé al abrir los
ojos desapareció al instante de volver a la realidad, aunque en realidad, esa
realidad fuera una “fantasía”
Entró al agua y seguía rodeado de fuego, “Impresionante”
Pensé. El hada no daba mucha importancia al Fénix, como si fuera algo natural o
normal que apareciera en ese lugar, en vez de estar prestando atención al ave,
toda su atención estaba en un objeto en llamas que el Fénix había dejado a
orillas del lago, con su dedo señaló el objeto, me miró a los ojos y entendí
que era para mí.
Es increíble cómo se puede entender los sentimientos, las
emociones, los deseos y pensamientos de los demás sin gesticular ni una
palabra… Entendía perfectamente al hada sin que esta diga ni una palabra…
“Se parece tanto a ti” Respondió la vocecilla de mi interior
“¿Por qué piensas?” Preguntó y sin pensar dos veces mi mente respondió para sí
mismo “El reflejo de mi alma” Y sin esperar una respuesta esa vocecilla
respondió “Exacto”
Me quedé atónita, no podía ser que esa chica que estaba
viendo era mi alma, no, no es que no podía ser, es que no quería creer…
Agarré el objeto que el ave dejó, era un anillo, con un
espiral en el medio, todo encendido en llamas, sin embargo no ardía, más bien
era frío…
Le entregué al hada, al ser, a la entidad, a la mujer, a mi
alma, no sé lo que es, solo sé que es algo hermoso, sublime, elevado y puro,
ella me miró tiernamente, alzó mi mano izquierda y puso el anillo en mi dedo anular,
en el momento en que me puso sentí algo dentro mío y todo acabó.
Seguía esperando con los ojos cerrados ver otra cosa, aún
quería seguir fantaseando pero nada más veía…
Abrí los ojos y…
Algo hermoso pude apreciar, algo que muy raras y pocas veces
me pasó.
Era como estar afuera viendo las estrellas, en la oscuridad
podía ver pequeños puntos luminosos que titilaban sin cesar, había también
puntos más grandes, como círculos que aparecían en un lugar y en segundos
desaparecían en otro lugar… Estrellas fugaces…
Estuve así por mucho tiempo, viendo un cielo artificial que
mi imaginación creaba…"