Solsticio Invernal


No lo hagas, me digo a mi misma, no tienes ni el más mínimo derecho de quejarte... no cuando tienes la dicha de estar en cuatro paredes que cálidamente te acogen y estar revestida de lana que cubre tu cuerpo.

Veintiún de Junio, famoso por celebrar el solsticio de Verano y recordar el nacimiento de San Juan el Bautista, el día festivo de todas las hadas, donde cuentan las leyendas que los elementales de la naturaleza se pasean por los prados y los jardines para impregnar de magia todo este día, el día más largo del año... Sí, así lo cuentan los países del norte, bendito veintiún, pero, ¿cómo lo vivimos los del Sur?
Más allá de nuestra realidad, existe otra perspectiva de la vida que pensar en ello se vuelve doloroso, llenándolo todo de impotencia e inutilidad.
De pequeña me enseñaron que uno cosecha lo que siembra, el famoso karma que explica que todo sufrimiento y todo dolor es para pagar algún pecado o rehacer una acción mal hecha, pero existen situaciones que van más allá de mi comprensión que simplemente no pueden justificarse con la ley del karma, situaciones como las que suceden a estas alturas en los países del sur, situaciones como el frío unidas a la pobreza.
Por ese simple hecho no me puedo dar el lujo de quejarme porque mis pies están helados, ni tampoco hacer tema del dolor que siento a causa del frío, ni molestarme por estas congeladas manos que tipean, no porque... mientras tantas personas que no disponen de la dicha de tener un hogar, deben de estar sufriendo el viento frío que les quema, el abatimiento de la soledad, la desesperación de un cuerpo enfermo y la impotencia de no poder hacer nada al respecto.
Es entonces que por más obra de caridad que uno haga al respecto, acciones como esas serían tan solo un miserable granito de arena con tanta pobreza que abraza al mundo.
Sinceramente, agradezco por tener la gracia de poseer un par de medias, esta gorra que visto ahora y esta lana que me cubre, la acogedora cama que me espera y la estufa que yace al lado de mi cama, pero por sobre todo, agradezco el bienestar de mi familia, pudiendo haber estado en otra situación de la vida, quizá en la calle deambulando entre la soledad invernal y el frío azotándome, entre los peligros y las enfermedades que amenazan con encadenar al cuerpo al sufrimiento y al dolor.
Frío, eres la intriga incomprensible que abraza mi impotencia, viendo tanta gente inocente sufrir a tu causa solo por ser pobres, pobres como aquel hombre que en mi infancia encontramos muerto bajo la fría noche de aquel invierno...

La Bruja de Portobello

La Bruja de Portobello del gran maestro Paulo Coelho es sin duda uno de mis libros preferidos, quizá por el hecho de sentirme plenamente identificada con la protagonista, Athena o quizá sencillamente por ser una hermosa historia. Lo leí hace mucho tiempo atrás pero intentar recordar estaría demás porque toda la historia la llevo en el corazón. La historia empieza luego de que Athena haya quedado embarazada, luego de este suceso, por motivos personales finaliza la relación con su pareja y emprende una búsqueda, la búsqueda de sus raíces, su historia, su pasado y sin exagerar también podríamos recalcar la búsqueda de su existir. Athena, o bien Sherine Khalil su nombre verdadero , fue adoptada a una edad pequeña por una pareja luego de ser abandonada por su madre. Creció en el seno de una familia que la adoraba y la profesaba el amor más grande del que pudieran dar a un ser humano, pero pese a todo, Athena siempre alimentaba sus dudas y curiosidades que la llevaron un día ir en busca de sus raíces. Un viaje que la llenará de sorpresas y enseñanzas y recuerdos que acompañarán en el corazón de toda persona que la conoció.
En cuanto a opinión personal, lo que más me sorprendió de la historia fueron los profundos mensajes y el gran trasfondo de la historia. Luego del divorcio que llevó a cabo, Athena se encuentra frente al gran rechazo de la Iglesia Católica y todos sus congregantes, mostrando la historia la cruel realidad de la religión, y sin desear meterme en debates religiosos pregunto, ¿Acaso Jesús no nos enseñó con sus actos a dar la mano al pecador? Una acción de esperanza, de amor, de perdón, que en este mundo nadie se salva de la imperfección, de los errores ni de los pecados y esa quizá fue la primera cosa que pudo llegar a mi corazón, quizá por la semejanza a mi origen en esta vida.

-¡Pues maldito sea este lugar! - dijo la voz-. Malditos sean aquellos que nunca han escuchado las palabras de Cristo, y que han transformado su mensaje en una construcción de piedra. Pues Cristo dijo: Venid a mí los que estéis afligidos, que yo os aliviaré. Yo estoy afligida, herida, pero no me dejáis acercarme a Él. Hoy he aprendido que la Iglesia ha transformado esas palabras ¡Venid a mí los que siguen nuestras reglas, y dejad a los afligidos! 

En segundo lugar, con su pasión por el baile nos cuenta la historia como a través de una simple acción como la de bailar, ella fue capaz de conectarse con su interior y dar paso a Dios, ¿qué eso no se puede aplicar en nuestra vida diaria? Me pregunto eso y entonces miro más allá de todo eso y veo a Facundo Cabral, no nos podríamos negar que mientras estuvo vivo el hizo la misma cosa, con sus cantos y su guitarra aunque cantaba para nosotros... pareciera que en realidad todo iba para ese Dios a quien adoraba y para no perder el tiempo en dar tantos ejemplos me limito a usarlo a él como mayor ejemplo porque es de quien más conozco, después de mi, porque... ¿cuántas veces no me he perdido entre el subconsciente y la imaginación mientras dibujo y garabateo? Porque es solo en esos estados en que uno verdaderamente es capaz de tener un encuentro personal con uno mismo y ese gran ser que yace en nuestro interior a quien muchos llaman Dios.
Luego de mucho andar por la vida ella conoció a varios maestros en su vida y el que más me llamó la atención fue aquel que le mostró el verdadero significado de las palabras, porque a través de él Coelho pudo mostrarme la realidad que ya había recalcado antes, todos los caminos llevan a Roma, así como todas las religiones llevan a Dios, y todas las artes a nuestra búsqueda interior...

-Hoy te he visto bailando. Yo hago lo mismo, sólo que, en vez de mover mi cuerpo, son las letras las que bailan - Ella pareció sorprendida - Mi manera de acercarme a Alá, ¡su nombre sea alabado! es a través de la caligrafía, la búsqueda del sentido perfecto de cada palabra. Una simple letra requiere que pongamos en ella toda la fuerza que contiene, como si estuviésemos esculpiendo su significado. Así, al escribir los textos sagrados, está en ellos el alma del hombre que sirvió de instrumento para divulgarlas al mundo.  Y no sólo los textos sagrados, sino cada cosa que escribimos en un papel. Porque la mano que traza las líneas refleja el alma de quien las escribe.

Es así como yo aprendí con ella las verdades que las diferentes personas que se presentaron en su vida fueron trasmitiéndolas y veo La Bruja de Portobello como una joya, es algo hermoso que te permite reflexionar sobre muchos aspectos de la vida, muchos subestiman al libro pero yo lo estimo aún más que El Alquimista o cualquier otra obra que haya leído de Coelho hasta el momento.
Y para terminar, les dejo mi parte preferida de toda la historia, es algo larga pero vale la pena leerla.

Procura sentirte bien cuando pienses que eres la última de las criaturas. No creas que está mal: deja que la madre posea tu cuerpo y tu alma, entrégate a través del baile o del silencio, o de las cosas comunes de la vida, como llevar a tu hijo al colegio, preparar la cena, ver si la casa está ordenada. Todo es adoración, si tienes la mente concentrada en el momento presente.
No intentes convencer a nadie respecto de nada. Cuando no sepas, pregunta o investiga. Pero, a medida que actúes, tienes que ser como el río que fluye, silencioso, entregándose a una energía mayor. Tienes que creer, fue lo primero que te dije en nuestro primer encuentro.
Tienes que ser capaz.
Al principio te sentirás confundida, insegura. Después, pensarás que todos creen que los estás engañando. No es nada de eso: lo sabes, solo tienes que ser consciente de ello. Todas las mentes dle planeta son fácilmente sugestionables para lo peor, temen la enfermedad, la invasión, el asalto, la muerte: intenta darles la alegría perdida.
Tienes que ser clara.
Reprográmate cada minuto del día con pensamientos que te hagan crecer.
Cuando estés enfadada, confusa, intenta reírte de ti misma. Ríete alto, ríete mucho de esa mujer que se preocupa, que se angustia porque cree que sus problemas son los más importantes del mundo. Ríete de esa situación patética, porque eres la manifestación de la Madre, y también tienes que creer que Dios es hombre, lleno de reglas. En el fondo, la mayoría de nuestros problemas se reducen a eso: seguir reglas.
Concéntrate.
Si no encuentras nada en que centrar tu interés, concéntrate en la respiración. Por ahí, por tu nariz, entra el río de la luz de la Madre. Escucha los latidos de tu corazón, sigue los pensamientos que no eres capaz de controlar, controla las ganas de levantarte inmediatamente y hacer algo "útil". Quédate sentada algunos minutos todos los días sin hacer nada, aprovecha lo máximo que puedas. Cuando estés lavando platos, reza. Da las gracias por tener platos que lavar; eso significa que en ellos hubo comida, que alimentó a alguien, que cuidó de una o más personas con cariño; cocinaste, pusiste la mesa. Piensa en cuántos millones de personas en este momento no tienen nada que lavar o a nadie a quien prepararle la mesa.
Evidentemente otras mujeres dicen: Yo no voy a lavar los platos, que los laven los hombres. Pues que los laven si quieren, pero no veas en ello una igualdad de condiciones. No hay nada malo en hacer cosas simples, aunque si mañana yo publico un artículo con todo lo que pienso, dirían que estoy en contra de la causa femenina.
¡Qué tontería! Como si lavar los platos, usar sujetador o abrir y cerrar puertas fuese algo que humillase mi condición de mujer.
En realidad me encanta cuando un hombre me abre la puerta: en la etiqueta está escrito "Ella necesita que yo lo haga, porque es frágil", pero mi alma está escrito: "Me trata como una diosa, soy una reina".

Luego se preguntan ¿por qué me gusta tanto este libro? Ahí la respuesta...



This is Empty


...Entonces saldría con el corazón en mi pecho, la mente en mi cabeza y el alma en mi mirada para ir y perderme en los confines de la imaginación, quien me abraza seductora para recorrer los confines profundos jamás inexplorados y decir adiós a esta aburrida y monótona realidad. 

 ¿Alguna vez has sentido este tipo de vacío en alguna etapa de tu vida? Porque yo lo hago en estos instantes y me aliviaría por lo menos mínimamente saber que no soy la única y que me digas una manera de salir de esta.
Un vacío que no es capaz de contener ni las alegrías del vivir... ni mucho menos las amarguras, no es exactamente como si estuviera deprimida, al menos eso creo pues las depresiones por la que he padecido nunca fueron de este modo y me conozco, sé que no estoy deprimida.
Creía que a estas alturas se me pasaría, suponía que era algo pasajero, pero hace harto tiempo que sigo en la misma monotonía emocional que todo se ha tornado más gris de lo que este frío invernal pudiera estar.
Yo creía que tenía al amor en mis manos y cuando la certeza me invadió, súbitamente; como el agua se escurrió de mis manos, creía que amaba la música y cuando se supone que más debo de disfrutarla todo se vuelve un martirio de presión y obligación, monotonía y desánimo.
Los días me parecen largos y aburridos, rutinarios. Ver a mis amigos no me produce ni la más mínima emoción, dibujar no me parece deleitador, ni mucho menos ir al conservatorio, donde yo juraba estar segura que era el lugar más maravilloso que pudiera haber conocido jamás.
Entonces me pregunto, ¿a qué va todo esto? ¿Por qué quiero tirar todo por la borda? ¿Por qué estas ganas de arruinar con todo? ¿Para qué tanto sacrificio de años y años si al final es a esto a lo que quiero llegar?
La apacible lluvia suena a la par del tranquilizador violín, si alzara mi vista a la ventana vería un maravilloso mundo lleno de vida y movimiento y si fuera más allá y saliera fuera... sería capaz de formar parte de ese mundo, pero no puedo, no quiero, pues las ganas de no hacer nada son terribles.
Si me detuviera a pensar dos veces... pareciera como si hasta deseara cambiar de nombre y ser una nueva persona, pero a eso no va el caso.
Simplemente... me harta estar de este modo, con la cara de culo que siempre ando traigo a todo el barrio preocupado y quiera o no, tal cual espejo reflejan mi estado y eso simplemente no ayuda.
No quiero comer, no quiero ir a la escuela, mucho menos al conservatorio, ni a mis clases de inglés, ni coreano, solo quiero tirarme en la cama y pasar el resto del día así, y mañana, y pasado hasta que pasen los días para estar en una tremenda soledad que solo podrá sacarme de ella los libros y las letras.
Nada me inspira, nada me conmueve, nada me incentiva a seguir todo esto... todo esto que muchas veces pareciera que fuera en vano.
O quizá si... quizá aquel violín dulce y melodioso que trae consigo las melodías de La menor, la apacible lluvia, el deleitador olor a Mbeju y el acogedor mundo de las letras me hacen sentir viva y con ganas de vivir aún más solo que nada de lo que verdaderamente deseo encaja con las responsabilidades de mi presente, responsabilidades que el año pasado me encontraba empeñada a cumplirlas con entusiasmo y energía y que por cierto... las cumplía.
Y en el andar y venir de aquí para allá, en el ajetreo matutino y en las desveladas noches de estudio, yo era feliz, entre el horrible dolor de cabeza y las heridas de un corazón ilusionado y decepcionado, con las preocupaciones del mañana, las intrigas del futuro incierto, los episodios inconclusos del pasado, todo me llenaba de entusiasmo cargado de ligera curiosidad, para que cuando llegaran las vacaciones las recibiera con la depresión por no tener nada que hacer...
Es curioso como cambian las cosas, curioso y estresante. No sé ni a que voy con esto, no tiene coherencia, el primer párrafo es una idiotez y el siguiente punto se supondría que debería ser un punto final será parte de unos puntos suspensivos inconclusos.

A Mercedes en su vuelo


Una viola de luz yerta y helada 
eres ya por las rocas de la altura. 
Una voz sin garganta, voz oscura 
que suena en todo sin sonar en nada. 

Tu pensamiento es nieve resbalada 
en la gloria sin fin de la blancura. 
Tu perfil es perenne quemadura, 
tu corazón paloma desatada. 

Canta ya por el aire sin cadena 
la matinal fragante melodía, 
monte de luz y llaga de azucena. 

Que nosotros aquí de noche y día 
haremos en la esquina de la pena 
una guirnalda de melancolía.

Federico García Lorca

Cazadores de Sombras: Ciudad de Cristal


Reseña:

Cuando Clary se entera de que existe una manera de traer de vuelta a su madre del sueño profundo en el que se encuentra, decidida emprende un viaje hasta Idris con la esperanza de encontrarse con Ragnor Fell, un brujo quien conocía la única manera de despertar a su madre.
Sus planes se ven estropeados cuando Jace la engaña para impedir que vaya hasta Idris con la intención de dejarla sana y salva en Nueva York. 
Pero pese a todo, con su gran habilidad en las runas, Clary crea un portal que la conducirá hasta Idris con la inesperada compañía de Luke, quien a último momento se lanza al portal. 
Al llegar a Idris sus planes se ven retrasados y luego profundamente estropeados luego de la terrible noticia de que el único quien podía ayudarla fue terriblemente asesinado, hasta que sus esperanzas son levemente iluminadas con la propuesta hecha por Magnus, quien accedió a ayudarla con la condición de que el Libro Blanco, libro de hechizos donde se encontraba la forma de anular el hechizo de su madre, le pertenecería a él luego de ser utilizado en Jocelyn y es así como accede a la propuesta con la condición de que Sebatian Verlac no se enterara de nada.
Luego de la terrible discusión con Jace, Clary y él por fin se reconcilian y van juntos a la casa solariega de los Wayland donde el Libro Blanco se encuentra camuflado por un libro de cocina para que así nunca cayera en manos de Valentine. Sin embargo... además de encontrar el Libro Blanco se topan con algunas sorpresas como el descubrimiento de Ithuriel, un ángel medio muerto que yacía encarcelado por una runa, siendo éste uno de los tantos experimentos de Valentine. A través del ángel ellos logran ver acontecimientos del pasado como el experimento que hizo Valentine en su hijo Jonathan para que dentro suyo circule sangre demoníaca. Luego de la visión Clary libera al ángel para que pueda por fin morir y así la casa de destruye con Ithuriel.
En su camino de regreso a Alacante observan a lo lejos la ciudad en llamas siendo atacada por demonios de todo tipo y clase, Valentine había dado su primer ataque luego de tanto tiempo obligando a los submundos y cazadores de sombras a aliarse entre ellos para la destrucción de Valentine.
Al final del libro la amigable y sonriente fachada de Sebastian por fin se esfuma revelando su verdadera naturaleza y su verdadera identidad que traerá consigo alivio en algunos personajes mientras que en otros perdurará la pena y el desconsuelo...

Opinión Personal: (contiene spoilers) 

Es el último libro que leí de Cazadores de Sombras, o... al menos el último que terminé, y hasta el momento ha sido el mejor.
La intriga y el misterio fueron dos elementos que en toda la historia estuvieron presentes, causando mayor interés en el lector e imposibilitando a separarse del libro.
Creo que la presencia de Sebastian es un elemento que ha ayudado mucho en incentivar el mayor interés por la historia, así como su misterio y su maldita fachada de encanto y belleza cuando en realidad es un imbécil, nótese que lo odió. (?) Aunque en el fondo sienta cierta pena por el desgraciado, sigo pensando que pudo haberse abstenido en haber matado al pobre de Hodge, porque pese a que la traición que demostró fue grande, en el fondo era un buen hombre que tenía gran cariño por nuestros chicos, o... eso aparentaba. Aunque claro, al final la culpable de su muerte es Cassandra pero ¿quién podría odiarla?♥
La satisfacción que sentí en el momento del gran beso de mi pareja favorita fue grande, esos grititos que di fueron inesperados, pero me salieron del alma.
-Pero... -Maia, mirando aún en dirección a Alec y Magnus, se interrumpió y enarcó las cejas. Simon volteó para ver que era lo que miraba... y abrió los ojos como platos. Alec rodeaba con sus brazos a Magnus y lo estaba besando, en la boca. Magnus, que parecía estar en estado de shock, permanecía paralizado. Varios grupos de gente -cazadores de sombras y subterráneos por igual- los miraban atónitos y cuchicheaban. Echando una ojeada a ambos lados, Simon vio a los Lightwood, que, con los ojos desorbitados, contemplaban boquiabiertos la exhibición. Maryse se cubría la boca con la mano.  
Este fan art hubiera ido a la perfección con la escena si tan solo el artista que haya hecho esto hubiera dibujado a Alec y Magnus vestidos con una ropa un poco más formal.(?)





¿Quién en la vida no se emocionaría al leer tal cosa de tus personajes favoritos?♥ pues por fin su relación se volvió oficial y el pequeño de Alec se armó de valor para salir del clóset, cosa que ya me lo esperaba impacientemente desde hacía tiempo.
Y hablando de salir del clóset, me sentí triunfal cuando Luke reunió el coraje suficiente al ser honesto con Jocelyn sobre sus sentimientos hacia ella desde antaño. Honestamente no me esperé que ella se los correspondiera, aunque ahora que lo pienso... era de esperarse.
Así como tampoco me esperé que me encariñara tanto con nuestro querido Daylighter quien en toda la serie me sorprendió con su gran carisma y profundo amor hacia Clary, pues era por ese gran amor que supuse que lo destetaría, ya que cuando recibimos amor por otra parte tendemos a confundirnos... así como lo hizo Bella con Jacob o Elena con Damon, pero eso no fue el caso en esta serie ya que podemos apreciar la gran seguridad de Clary en cuanto a lo que siente, o al menos hasta el momento a no ser que Cassandra se me salga con sentimientos de Clary hacia Sebastian.
Por esto y mucho más le doy una excelente calificación a Ciudad de Cristal:


Amor de Invierno

Amor de Invierno es una dulce y corta novela de amor creada por uno de los más reconocidos autores paraguayos, Mario Halley Mora. ~ Esta bella obra la leí para un trabajo de castellano, y aunque al principio la subestimé bastante, se volvió una de mis favoritas.

Se dice que en el amor no hay edad y este libro es una prueba de tal frase, relatándonos con sencillez y humor la vida invernal de dos ancianos, hasta que accidentalmente se cruzan en sus caminos y, así como el sol derrite los copos de nieve en invierno para dar calor y cobijo, el amor disipará las desesperanzas y nostalgias de sus vidas sombrías y desdichadas~ Esta obra me ayudó a reflexionar y entender que nuestros queridos abuelos son como los jóvenes de hoy en día dentro de unos cuerpos desgastados donde nuestra "querida sociedad" los ha llenado de prejuicios, subestimándolos e incluso despreciándolos, dejando al olvido sus sentimientos, sentimientos como cualquier otro ser humano en la tierra. Mora nos relata esta historia de una manera tan exquisita que nos permite ser cada uno de los personajes, comprenderlos y emocionarnos, con un final trágico pero tierno en donde lágrimas brotarán de los ojos de un lector sensible. 


Click aquí si te interesa leerlo online o descargarlo. 

Y por dejar trasfondo tan hermoso y profundo como el que lo ha hecho la obra le doy estas bonitas  estrellas...

Orgullo y Prejuicio



Reseña:

Podría decir con toda certeza y confianza que este libro es una joya para la literatura clásica, algo bello, sencillo y sublime. Este tipo de libros personalmente me encantan por ser tan empalagosos sin necesariamente presentar escenas con contenidos apasionados o sexuales, con un abrazo, un apretón de manos y los más sinceros sentimientos que los personajes expresan es completamente satisfactorio, permitiéndonos remontarnos a las antiguas costumbres de la sociedad europea de una forma exquisita
gracias a la forma de relatar de nuestra queridísima autora Jane Austen. 
 La historia gira en torno a las hermanas Bennet y su familia. Teniendo una madre un tanto alocada, materialista e impaciente, vemos el profundo interés que surge en ella al enterarse de la llegada a la ciudad de un buen mozo y barón, el Sr. Blingley, teniendo la esperanza de poder presenciar la dicha de que este joven hombre pida la mano de una de sus hijas. Varios acontecimientos surgen, entre ellas la venida del más íntimo amigo del Sr. Bingley, el Sr. Darcy, un hombre que a primera vista se ve altanero, arrogante y orgulloso, defectos que no congrúen con su dinero, su alta posición social, y su esbelta figura. 
 En resumen, la historia va relatando la experiencia sentimental de cada hermana con un pudor tan único y propio de Jane, enfocándose más en la vida de Jane y Bingley, Lizzy y Darcy, demostrando cómo puede surgir un verdadero amor pese a los prejuicios y orgullos de los protagonistas y a las malas circunstancias que se presentaron quitando las esperanzas del nacimiento de un amor, un  amor capaz de salir de las letras y  habitar en nuestros corazones de forma  perenne.

Mi frase favorita:

- Señorita Elizabeth, he luchado en vano y ya no lo soporto más. Estos últimos meses han sido un tormento. Vine a Rossins con la única idea de verla a usted. He luchado contra el sentido común, las expectativas de mi familia, su inferioridad social, mi posición y circunstancias, pero estoy dispuesto a dejarlas a un lado y pedirle que ponga fin a mi agonía.
- No comprendo.
- La amo, ardientemente. 

 Click aquí si quieres  leer online o descargar.

Es uno  de  mis  libros  favoritos  por lo  tanto  le doy  esta calificación, se merece e incluso más.



Los límites de la realidad


No me limito a etiquetas, no defino mi personalidad ni intento poner nombres a estos sentimientos. No intento encajar en adjetivos ni conceptos. Cuando intento definir mi personalidad, o dar nombres a mis sentimientos, simplemente siento que me limito en el reducido número de letras que conforman cada etiqueta. No intento entender lo que siento, tan solo me conformo con tener seguridad y convicción en cuan verdaderos pueden ser los sentimientos y el carácter que esbozan mi personalidad, aliviándome en el mero hecho de poseer la plena certeza de que ellos no vinieron a parar hasta aquí por influencia alguna. Llegué a la conclusión de que las etiquetas, además de limitar, confunden. Intentando estancarte en cuatro paredes, impidiendo tu crecimiento y tu formación. Las etiquetas, al igual que la sociedad intentan moldearte a su antojo, haciéndote inseguro respecto a lo que sientes, encegueciendo muchas veces tu corazón por el estructurado sistema racional que estas presentan, poniéndote frente a situaciones que tergiversan el verdadero y pleno significado de cada sentimiento, malinterpretando la esencia del amor, las causas del odio y el motor que impulsa y motiva a la manifestación de cada emoción. ¿Nunca se ha tomado la molestia en pensar que el amor podría ser no más que el nombre de Dios disfrazado? ¿Nunca ha creído que esas sencillas cuatro letras podrían encerrar la esencia de nuestro vivir, la esperanza de un mejor porvenir y la llama que mantiene tibia nuestra humanidad? Yo lo he hecho muchas veces a lo largo de mi vida, y hoy lo volví a ser cuando miré aquellos ojos. Pareciera como si hubiera gozado la dicha de ver un ángel. La textura de su rostro y las suaves líneas que dibujaban su sublime rostro despertaban el ardiente deseo de trazarla en papel y lápiz y encerrar todo aquel momento en el mero acto de observarla con maravilla y admiración, como si hubiera encontrado a Dios en aquellos ojos. Entonces me pregunto, ¿dónde encajo según la sociedad? ¿En qué etiqueta? ¿En qué adjetivo? ¿Qué nombres darán a los sentimientos que surgen por su causa? Simplemente por eso no me tomo la molestia de dar nombre a lo que siento, soy lo que soy, una persona regida por un solo acto que es amar, me llaman Sol y mi personalidad no está limitada en esas tres letras que conforman mi nombre, mi personalidad se esconde tras mis ojos y está escrito en miradas, recuérdalo.

 S. F.

Entre sueños y fantasías



Llegué a su casa y no tenía flores ni chocolates, ni siquiera una carta de amor, es más, no tenía nada, nada más que el brillo de unos ojos que delataban el apasionado amor que ardía en mis entrañas.
 Entonces entré y ahí estaba ella, observándome con curiosidad, quizá preguntándose cuál era el motivo de tal expresión en mi rostro.
Quizá fuera el último día que la vería así que simplemente me acerqué y la rodeé con mis brazos, abrazándola lo más fuerte que podía, intentando de ese modo apaciguar el fuego ardiente que me consumía. Correspondió al abrazo; sus brazos eran acogedores y cómodos, confortantes y consoladores, la tibieza de su cuerpo me dio calor y por unos segundos calmó mi corazón.
Buscando mis ojos agarró de mi mano para conducirme hacia la cama, me acogió con las mantas y me llenó con el más tierno calor del que nunca nadie pudo darme.
 Ahí la tenía, frente mí, estábamos cara a cara en silencio, haciendo quizá la cosa más hermosa nunca antes vista, nos dábamos amor, el más sincero amor y pese a que quizá no me amaba de la misma forma en que yo lo hacía, sus ojos brillaban, brillaban de amor, de amor y ternura.
Entonces al ver su expresión entendí que logró leer lo que en mis ojos escrito estaba, consiguió leer lo que mi boca nunca atrevía decir; mis ojos me delataron en el solo acto de mirar, diciendo en cada brillo un te amo o algo mucho más intenso que va más allá de lo que las palabras pudieran expresar; pero no importa qué pues ella lo leyó.
Entonces, en un acto imprevisto sentí bajo las mantas sus manos acariciando mi espalda y trayéndome hacia su cuerpo.
 Fue ahí que no pude evitarlo, si no lo hacía me sofocaría en llamas, la apreté fuertemente contra mí y empecé a acariciar sus caderas hasta llegar a su espalda. Me detuve, no iba a cruzar la barrera, así que nos limitamos a observarnos y a desnudarnos con miradas, diciéndonos quizá todo lo que podríamos decir con palabras, pero con palabras que no podrían contener la magnitud de los sentimientos que circundaban en ese momento.
 Y así, bajo las mantas hundí mi rostro sobre su pecho, cerré mis ojos e intenté grabar en mi memoria cada detalle de ese momento; su calor, la suavidad de sus pechos, el aroma de su ropa y sus cabellos, la textura de su piel, la expresión de su rostro, la sinceridad de sus ojos, el significado de cada gesto, el sentimiento de cada abrazo, de cada roce de nuestro cuerpo, de cada recorrido de sus dedos por mi fría piel, de cada silencio y de cada sofocante segundo por dejar de reprimirme para demostrar con actos la mayor prueba de ese desmesurado y loco amor que sentía por ella, con actos como el roce de nuestros labios, como el roce de nuestras almas.

S.F.

Ella Era...




Ella  era como la brisa, quien en su danzar, deleite y placer producía; inadvertidamente conquistó mi corazón y  con  gracia y suavidad se llevó todo a su paso.Unos besos formados por la unión de nuestros labios, unos abrazos que mis brazos añoran, los recuerdos forjados del pasado, cientos de emociones que solo ella podía despertar y por sobretodo un sentimiento y un corazón; el sentimiento del primer amor y el corazón de quien esto escribe.La quería hacer mía en la ingenuidad e ignorancia, ajena mi alma al hecho de que eso era algo imposible.
Fantaseaba con su amor y el deseo ferviente de ser el único capaz de tocar a fondo su corazón, ser causa de sus sonrisas y alegrías y dejar en ella una pizca de ansiedad, picardía, timidez.
Observar detenidamente sus fotos, indagar en las líneas formadas en su rostro y la comisura de sus labios al sonreír fueron un hábito que me llevaron a aprender cada detalle que dibujaba en su rostro.
Ella era como una roca, tal cual la roca pareciera ser tan poco interesante, pero observar en ella cada aspereza y cada filo que bosquejaba su dura personalidad me hacía indagar, ¿qué secretos yacían tras sus ojos cual hielo? ¿Cuál era el secreto de cada lugar pulido, de cada aspereza?
Quizá mi curiosidad me llevó a descubrir y apreciar la belleza que yace en una simpleza y poco a poco, en el enmaraño por la sed de conocer, descubrí que las simplezas son más complicadas de lo que aparentan, ella era complicada, sus ojos confundían, sus expresiones y gestos aturdían, su personalidad impresionaba, su enigma carcomía.
La apacible brisa se negó a dar a conocer los susurros de las Musas que trajo con ella en el pasar, los diferentes matices de los olores de cada flor, cada hierba, cada fruto, de cada banquete servido por las deidades y de cada promesa hecha por los inmortales.
Me desdichaba en mi curiosidad, en mi actitud posesiva y en mi desenfrenado amor egoísta.
En ella descubrí la existencia de una pequeña niña sensible, quien en acto de cobardía camuflaba su sensibilidad en una fachada de rudeza y frialdad. Yo podía llegar a su lado sensible y eso me hacía feliz.
Cuando nuestras manos se tocaban y nuestros ojos se encontraban, tras cada brillo que emanaba de sus ojos, podía ver venir cuántas mariposas revoloteaban en su interior. La pasión y la excitación que sentía al saber que yo era causa de tanto fuego ardiente y de semejante fogosidad eran inexplicables.
Todo amor, deseo y pasión lo uníamos en un solo acto, en un solo beso, en un solo te amo, en una sola mirada y una sola sonrisa, nada más faltaba, nada más que tenerla.
Entonces comprendí que realmente la tenía, que ella realmente fue mía por un tiempo, fue quizá mi primer amor porque nunca experimenté semejante locura con nadie, porque ella fueron mis ganas de embriagarme con alcohol para dejar todo al olvido, ella fueron las causas de tantas sobredosis, las causas de tanta amargura, tantas lágrimas, tanta depresión y las ganas de tantas veces haber deseado morir, y así todo se oye tan trágico, ¿no? Pero si estuvieran en frente de las puertas del corazón de un ángel, ¿quién se negaría a experimentar tan exquisito dolor como el del amor?
Ella fue mía quizá en un segundo, ese segundo en donde todo el tiempo se concentró en un solo acto, darnos amor, hacernos sentir amados e importantes, indispensables el uno del otro, inseparables e imprescindibles, todo eso en ese pequeño segundo donde realmente desnudé su corazón.
Pero ella se fue, así como la brisa, llevándose todo para ir a susurrar en los corazones de cada uno el amor que alguna vez recibió, el amor más egoísta y posesivo, más destructible y venenoso, el amor más obsesivo y loco y quizá el amor más real.


S. F.


Te Olvidé



Por fin te olvidé, ese día en que por primera vez no me costó borrar tus mensajes, la noche en que por primera vez no apareciste en mis sueños y la mañana en que ya no fuiste mi primer pensamiento.
Efectivamente te olvidé cuando ya no derramaba lágrimas por ti y cuando transcurría todo un día sin pensar en ti; sin preguntarme como estarías, que estarías haciendo ahora, ¿estarías bien? ¿o estarías triste?
Te olvidé desde el momento en que desear oír tu voz fue solo un lejano recuerdo, el momento en que ya no me importaba si me escribías o no. Fuiste a parar al olvido desde el primer momento en que no me importó demorar al responderte, cuando ya no sonreía como estúpida al ver tus mensajes, cuando ya no me lastimaban tus indiferencias, tu frialdad, tu falta de sentimientos.
Pero por sobre todo, te olvidé desde el momento en que decidí apartarme de tus caminos y recorrer el mío propio, en busca de un nuevo destino, un nuevo rumbo, un nuevo sentido a la vida y un nuevo amor.
Te olvidé.

S. F.

Cazadores de Sombras: Ciudad de Ceniza




Con la idea de hacer las tres primeras reseñas de seguido vamos con el segundo libro  de esta  sensacional  saga que al  terminar te deja con la intriga y la expectativa de lo  que sucederá en el próximo.
Mientras que  en  Ciudad  de  hueso Cassandra nos da una introducción  de lo que sería la  maravilloso  mundo de  los cazadores  de sombras en  el segundo  libro podemos  ya formar parte  de la  vida  de los personajes  y  vivir,  sufrir, reír, llorar y amar con  cada uno  de  ellos.

Reseña:


Luego del sin fin de aventuras que dieron  un giro de 190  grados  a la  vida de Clary, ella se encontrará deseosa de volver a su mundo de lápices, dibujos, mangas y salidas con  su mejor  amigo Simon, pero al parecer no  es eso exactamente lo  que depara su futuro, sino  más aventuras, misterios e intrigas por  desvelar.
Misterios tales como el  profundo sueño del que parece que  su madre nunca despertará, las intrigas por la serie de asesinatos que suceden en la ciudad las cuales levantan las sospechas de que todo gira en torno a Valentine, quien con  el deseo de obtener la Espada Mortal provoca una masacre en la Ciudad de Hueso asesinando a todos los Hermanos Silenciosos y una serie de submundos con el fin de obtener la sangre necesaria para llevar a cabo su maquiavélico plan.
Con  el corazón destrozado Clary inicia una relación con su  mejor amigo Simon, o... por lo  menos lo  intenta para de ese modo intentar olvidar a su supuesto hermano, Jace, provocando una serie de conflictos cuando las cosas empiezan a ponerse difíciles, especialmente cuando los cazadores de sombras van a la Corte de las Hadas con la intención de obtener la ayuda de la Reina Seelie y sus subordinados, ayuda que será concebida a cambio de algo, un beso, un beso que despierta toda la pasión que Clary en algún momento intentó enterrar u olvidar que causa malestar a Simon llevándolo al Hotel Dumort donde será asesinado por los vampiros para luego renacer como uno de los Hijos de la Noche y así  dar inicio a una intrigante aventura con el fin de detener los malévolos planes de Valentine, despertar a Jocelyn, la madre de Clary, y aprender a adaptarse a las diferentes circunstancias que el amor presenta en el día a día.

Opinión Personal: (presencia  de spoilers)

Recalcando nuevamente la introducción del  primer libro, a partir del segundo todo se torna  mucho más emocionante e interesante,  intrigante y misterioso. 
La  escena  que más me gustó sin duda de Ciudad de Ceniza fue el beso acontecido en la Corte de Seelie, pareciera que a partir  de esa  escena el rumbo de la historia cambia matizando el romance con el misterio y la acción. 
En esta entrega podemos observar el gran poder de Clary sobre las runas, utilizando como experimento la Runa que anula el miedo para así ser inmune al demonio Abbadon, Clary  lo prueba en Alec  y claramente  vemos el buen resultado  cuando casi afirma a sus padres el hecho de ser gay y estar saliendo con un brujo, recuerdo que  grité  histérica cuando Magnus utilizó un hechizo en él para que cayera desmayado y así evitar la confesión del chico quien claramente no estaba preparado, personalmente me hubiera gustado que Magnus se abstuviera a lanzar el  hechizo para dar más intriga y emoción a la historia pero luego de leer el tercer libro me quedé completamente satisfecha, jlkj. Y  hablando del Rey de Roma, Magnus, cabe destacar que en este libro provocó que me enamorara aún más de él y  amara y  venerara la  relación entre esos dos malditos y hermosos gays, ah. 
¿Sabe tu brujo que Jonathan es un testigo de la mayor importancia para la Clave? (Imogen)
-Él no es mi brujo. (Alec) 
Y aún vemos al pobre de Alec miedoso a la hora de salir del clóset pese hasta que todos se percataran de cuan obvia es la relación, ¿a que es adorable? Por si no se nota, es mi segundo personaje favorito.
Mas dejando de  lado a mis pequeños amores (temporalmente) antes de finalizar quiero  compartir también la plena satisfacción que siento por el final, realmente me encantó la lucha entre los cazadores de sombras y  Valentine donde la última muestra de amor de Imogen fue... conmovedor, viniendo de ella claro  y  dejando a todos los lectores en una profunda intriga por la  razón de su gran sacrificio, pues al principio había pensado en la probabilidad de que Jace fuera en realidad Stephen su hijo, pero no, hubiera sido absurdo por       el gran desfase de edad. También, la muestra de afecto de Maia hacia Simon es de mi completo agrado, dando más puntos a Maia que a Isabelle en esa constante lucha por el amor de nuestro amado y  friki vampiro,  ¡sin dejar  de lado le escena de Magnus  y Alec en la furgoneta! Que fue otra de mis preferidas aunque no  haya pasado nada en especial, no en el libro  pero si en mi imaginación.

El humor nunca falta en esta historia...

¿Para qué necesitas el teléfono, Alec? (Isabelle)
-Sólo lo necesitamos,- respondió él con impaciencia-. Izzy... (Alec)
-Si vas a enviarle un mensaje de texto a Magnus para decirle "creo que eres guay", voy a matarte. (Isabelle) -¿Quién es Magnus?- preguntó Max.
-Un brujo -dijo Alec.
-Un brujo sexy, sexy -añadió Isabelle a Max, haciendo caso omiso de la mirada de auténtica furia de Alec. 
-Isabelle dice que la reina de la corte Seelie solicitó una audiencia con nosotros.
 -Sí, claro. Y Madonna me quiere a mí como bailarín de refuerzo en su siguiente gira mundial. (Magnus) -
¿Quién es Madonna? (Alec) 

 Y mucho  menos, el romance.
—Puedes cerrar los ojos y pensar en Inglaterra, si quieres —sugirió Jace. —Nunca he estado en Inglaterra —repuso Clary, pero bajó los párpados. Y entonces él la besó.

Por  eso mi  calificación  es  un...

Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso


Hace cuestiones de tres  semanas  empecé a leer una  saga que me ha dejado  completamente embelesada y  engatusada con  la  historia,  por lo  tanto me parece bastante propicio  la  idea  de empezar a escribir una  entrada sobre libros con la primera entrega de la saga, Ciudad de Hueso.
Honestamente al principio me parecía poco atrayente y solo lo leía cuando no tenía nada mejor que hacer, sin embargo... en  el  desarrollo  de la  historia, ésta  te prohíbe quitar los ojos del libro (o del celular,  en mi caso.)

Reseña: 
La historia da inicio cuando la  protagonista, Clary  Fray, asiste en  compañía  de su mejor  amigo Simon, a un famoso club nocturno de Nueva York llamado  Pandemonium,  donde su atención  es capturada por  un  curioso y  extravagante  chico  de cabellos azules quien es asesinado por tres extraños jóvenes que curiosamente  solo  ella  los  puede ver,  descubriendo  entonces que esos tres chicos  no  eran en  realidad  asesinos  sino  Cazadores  de  Sombras, humanos con  sangre del  Ángel  Raziel, protectores del  humanos contra los  demonios que asechan al mundo.
Al día siguiente Clary y  Simon  van  a  un  bar para ver un  concierto de la banda  de los amigos de Simon donde para  su  sorpresa vuelve  a  ver a  uno  de los Cazadores de Sombras, el chico con  aspecto angelical, Jace. Mientras salía  afuera para  dar inicio  a la  conversación,  Clary  recibe una misteriosa llamada de  su  madre que  provoca que Clary corra apremiadamente dirección  a  su  casa donde es atacada por  un  rapiñador, demonio de cien pies  y salvada por el chico  de cabellos plateados quien la lleva  al instituto, el  lugar  donde los cazadores  de sombras viven  y  entrenan para luchar  contra los  demonios.
En su estadía  en el  instituto conoce  a Hodge  y a  los hermanos  adoptivos de  Jace, Alec e Isabelle Wayland. Al principio vemos que ambos hermanos sienten cierto  desagrado hacia Clary, especialmente Alec, quien empieza a  ponerse celoso al  ver la relación que va surgiendo entre Clary  y  Jace, puesto que Alec siempre ha ocultado sentimientos  profundos hacia Jace.
Luego de que Clary  haya  hablado  con  el tutor  de los  niños,  Hodge, esta se entera que su madre era  una  cazadora de sombras como  todos los del Instituto y  que había sido secuestrada por Valentine,  quien  deseaba obtener  la Copa Mortal que escondía Jocelyn,  la madre de Clary.
En el  transcurso de la historia Clary va enterándose de verdades sobre su  pasado que ella  no recordaba puesto que su madre cada año acudía al gran Brujo de Brooklyn, Magnus Bane, para lanzar un  hechizo a Clary,  provocando el completo olvido sobre todo lo  referente al mundo  de Cazadores de Sombras, demonios y  submundos (mitad humanos y mitad demonios), así como  también se enfrenta a las realidades ocultas  de sus lazos de sangre, el pasado  de sus ancestros, su  padre y especialmente su  hermano, de quien en  una encrucijada se enamorará resultado  imposible cambiar sus sentimientos  hacia  él.

Opinión  Personal: (presencia de spoilers) 
Mientras  más uno  va sabiendo sobre el  pasado  de  Clary, la historia empieza a ponerse  más  y  más  interesante,  resultando la  segunda  entrega de la saga mucho  mejor que la primera. Personalmente, en mi opinión más sincera  y  honesta, al  principio me encontraba leyendo la historia por dos personajes secundarios que  me cautivaron desde el inicio, Alec y Magnus y la peculiar relación que poseen ambos e incluso hasta ahora  me encuentro leyendo la saga con  intriga  y  entusiasmo más que nada,  por  ellos, aunque  no lo  niego, hay  otros  motivos  como  el  buen  trama,  el  cariño  que  tengo  por  Izzy  y  Simon y  por  la  expectativa de un  futuro  para  Luke y Jocelyn.
Existe en la red un extra de Ciudad  de  Hueso,  una  escena entre Magnus y Alec que la autora, Cassandra, no publicó con el  libro pero  para dar el gusto a las  fans lo subió a la red, ahí podemos ver claramente el inicio  de una relación cuando Alec visita al Brujo para agradecerle por salvarle la vida y  para... para preguntarle si saldría con  él,  para finalizar la escena con el  primer beso de la pareja, ¡el primer beso! Y como dije, originalmente esta escena no  está en el libro pero... forma parte de  la historia, ¿no? Por lo tanto si me preguntaran cual ha sido mi escena favorita de la  historia respondería que es esa y claro, la escena  del Invernadero de Clary y Jace donde llueve amor y corazones por todas partes.
Por  lo  tanto mi  calificación para este libro  es un...