Por fin te olvidé, ese día en que por primera vez no me costó borrar tus mensajes, la noche en que por primera vez no apareciste en mis sueños y la mañana en que ya no fuiste mi primer pensamiento.
Efectivamente te olvidé cuando ya no derramaba lágrimas por ti y cuando transcurría todo un día sin pensar en ti; sin preguntarme como estarías, que estarías haciendo ahora, ¿estarías bien? ¿o estarías triste?
Te olvidé desde el momento en que desear oír tu voz fue solo un lejano recuerdo, el momento en que ya no me importaba si me escribías o no. Fuiste a parar al olvido desde el primer momento en que no me importó demorar al responderte, cuando ya no sonreía como estúpida al ver tus mensajes, cuando ya no me lastimaban tus indiferencias, tu frialdad, tu falta de sentimientos.
Pero por sobre todo, te olvidé desde el momento en que decidí apartarme de tus caminos y recorrer el mío propio, en busca de un nuevo destino, un nuevo rumbo, un nuevo sentido a la vida y un nuevo amor.
Te olvidé.
Efectivamente te olvidé cuando ya no derramaba lágrimas por ti y cuando transcurría todo un día sin pensar en ti; sin preguntarme como estarías, que estarías haciendo ahora, ¿estarías bien? ¿o estarías triste?
Te olvidé desde el momento en que desear oír tu voz fue solo un lejano recuerdo, el momento en que ya no me importaba si me escribías o no. Fuiste a parar al olvido desde el primer momento en que no me importó demorar al responderte, cuando ya no sonreía como estúpida al ver tus mensajes, cuando ya no me lastimaban tus indiferencias, tu frialdad, tu falta de sentimientos.
Pero por sobre todo, te olvidé desde el momento en que decidí apartarme de tus caminos y recorrer el mío propio, en busca de un nuevo destino, un nuevo rumbo, un nuevo sentido a la vida y un nuevo amor.
Te olvidé.
S. F.
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